La defensa de la Administración Sanitaria y su aseguradora determinaba que la biopsia no se había extraviado y que siempre fue tenida en cuenta, así como negaban la posibilidad de diagnosticar con anterioridad la enfermedad por falta de afectación multisistémica (de varios órganos). Por último, incidían en que científicamente el diagnóstico de sarcoidosis nunca puede determinarse al 100%, negando incluso que nuestra representada padeciera tal patología.

Tal y como explicó esta representación letrada y acogió la juzgadora, la realidad es que el diagnóstico se realiza cuando concurre una afectación multisistémica, que venía presentando desde hace décadas la paciente y una confirmación histopatológica (biopsia), que se determinó en 1997.

De hecho, cuando se localizó 20 años después la biopsia, se empezó por fin a tratar a la paciente de forma multidisciplinar y se le dio tratamiento específico para la sarcoidosis. Igualmente, no cabe reconocer la inexistencia de tal patología cuando viene siendo tratada hasta por 7 servicios distintos de su patología y tiene reconocida una incapacidad permanente en base a la sarcoidosis.

La juzgadora considera además que no se ha dado una explicación a la pérdida de la biopsia. Por todo ello, determina la existencia de un error burocrático que se ha traducido en una falta de tratamiento de la paciente dando lugar a la cronificación de la enfermedad y a las secuelas que padece.